Ciclovías... ser o no ser

El Ministerio de Vivienda dio un paso importante al tildar de obligatorio construir estacionamientos para bicicletas en todos los edificios del país. Pero esta iniciativa debe ir acompañada de ciclovías bien establecidas y políticas públicas para que las personas puedan pedalear tranquilas por la ciudad. No hay duda que por razones económicas, de salud y del cuidado del medio ambiente, la tendencia es hacia la ciclovía y al uso masivo de la bicicleta. Sin embargo, muchas de las actuales presentan importantes riesgos.
Ejemplo es la ciclovía de Diagonal Oriente desde Irarrázaval hasta Brown Norte. Una parte de la calle que fue pintada con una línea blanca continua al costado de la pista por donde los vehículos bajan a 90 kilómetros por hora. Los taxis, para ganar tiempo, adelantan por encima de la “ciclovía”..., convirtiendo en un acto suicida la sola intención de viajar por ella. También hay ejemplos positivos, como en Antonio Varas, cuyo uso está creciendo rápidamente.
El tema es complejo y de largo aliento, no sólo exige repensar nuestras ciclovías, sino superar una seguidilla de encuentros y desencuentros: el automovilista ve en el ciclista la peor pesadilla. El ciclista muchas veces circula sin una luz, casco ni respeto por el peatón, quien deambula por la ciclovía, generalmente desprevenido.

*Sergio Muñoz de la Parra, decano Facultad de Arquitectura Universidad de las Américas